La Gamificación es una técnica de aprendizaje que traslada la mecánica de los juegos al ámbito educativo-profesional con el fin de conseguir mejores resultados, ya sea para absorber mejor algunos conocimientos, mejorar alguna habilidad, o bien recompensar acciones concretas, entre otros muchos objetivos.
Aquí puedes consultar un primer acercamiento al término.
No podemos hablar de gamificación sin aludir al verbo MOTIVAR. Y es que, ya sea esta externa al alumno o inerente a su propia persona, es necesaria para actuar, para avanzar, conseguir y celebrar.
Aquí un esquema de los diferentes tipos y teorías:
Mapa Mental creado con GoConqr por Olga Coca
Ahora bien, contando con la motivación, en un proyecto gamificado hemos de atender a tres puntos principales:
- Mecánicas. (Avatares, fichas, dados, calificaciones, ....).
- Dinámicas. (Actitud de jugadores y su relación con el juego).
- Estética/Atractivo para la motivación.
A la hora de programar nuestra gamificación, dentro de las dinámicas, el componente emocional es esencial. Debemos analizar a quién va dirigido nuestro juego (nuestro alumnado) para hacer de las mecánicas y la estética algo verdaderamente significativo. Los intereses de nuestros alumnos y alumnas, el empleo de su tiempo libre, lo que más demandan fuera y dentro de la escuela, .... son puntos clave a tener en cuenta para diseñar nuestro proyecto.
Y por supuesto, para tener éxito en nuestros objetivos, no podemos dejarnos atrás a la evaluación. Todo proyecto necesita de unas reflexiones y valoraciones tanto previas como posteriores.
- ¿Realmente he basado mi proyecto gamificado en las necesidades del alumnado?
- ¿He conseguido desarrollar en mi alumnado las competencias inicialmente marcadas?
Para analizar estas y otras cuestiones, partimos de un análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades)
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