miércoles, 7 de noviembre de 2018

Mi reto de la semana para el curso de alfabetización emocional.

Considero fundamental la temática de este curso, eso en primer lugar, para uno mismo en particular y para los demás en general.

Se predica con el ejemplo y para ello nosotros, los docentes y familiares, tenemos que tener interiorizados unos hábitos de conducta al respecto.
De pequeños, a nuestra generación, nadie nos enseñó  cómo afrontar los problemas, ni a evaluar que la forma en que lo hacíamos era la más coherente, correcta, ........
Hoy en día y viendo la necesidad de nuestra sociedad, que lo pide a gritos, hemos de ponernos a trabajar de lleno en el campo del autoconocimiento, la gestión de emociones y la relación asertiva con los demás.

Todo ello me impulsan a buscar por la red aspectos esenciales y eso  me llevó hasta este curso, cuyo inicio ya me resulta muy interesante.
Razones importantes para trabajar la inteligencia emocional en la escuela:
- Nadie nos prepara para la vida, por algún sitio hay que empezar y más viendo la falta que hace.
- Tener calidad de vida y ser más felices.
- Lograr así nuestras metas.


¿Cómo sería para mí la escuela ideal?
Está claro que con el sistema actual hay algo que falla, no estamos poniendo la tilde en la sílaba correcta, al menos se precisa acentuar otra sílaba primero. Pero claro, es un plan complejo, pues cuando el alumnado viene de casa ya cuenta con un bagaje anclado a  sus ideas y sentimientos que refleja en su conducta. Es un trabajo arduo, duro, pero no por ello inalcanzable.

Por dónde empezar????? Me gustaría .......



Así como primer pasito, me comprometo a............




La gran mayoría vamos tan ajustados en cuarenta y cinco minutos que corremos ara que el alumno se aprenda las capas de la atmósfera o las funciones y partes del sistema nervioso, dejando para después, siempre después, el cómo se siente.
La verdad es que esto que añado a la imagen lo suelo hacer, pero no todos los días. Así, me comprometo a parar literalmente la clase y hacerlo diario. Así tendré un acercamiento más estrecho con el alumnado y ellos se sentirán mejor al expresar su mundo interno, propiciando así un buen clima para el aprendizaje venidero.


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