Pues bien, después de poner en práctica las dos acciones propuestas, hago a continuación mi reflexión sobre las mismas.
Optimismo: Objetivo en proceso con grandes sonrisas y entusiasmo matutino.
Cierto que mi alumnado está más motivado y contento al iniciar la jornada escolar. Ayer mismo, Rafa, un alumno, me decía: - Seño, has conseguido que vengamos pensando qué nos traerás de sorpresa hoy.
La verdad es que yo también estoy contenta y motivada. Como yo les digo a ellos, esto es una rueda, hacia delante sembramos optimismo y podremos conseguir mejor nuestras metas, aunque eso no implica que no haya piedras en el camino. Hacia atrás, entramos en el círculo vicioso del pesimismo, enfado, desmotivación, que nos hace bajar en breve de la bicicleta y dejar la ruta a a medio camino.
Adaptabilidad: ohhhhhhhhhhhhhhhh, me he adaptado y readaptado, pues la wifi de los portátiles no iba. Así, hemos dejado para más adelante esta actividad y hacerla por grupos en clase. Mientras un grupo hace su avatar, los otro s continúan haciendo su trabajo individualizado, al acabar, continúa el segundo grupo, hasta completar el total de seis, que es como tenemos estructurada nuestra clase.
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